Una docena de ... Champions


Pues si, una Docena de Champions en las vitrinas con la consiguiente asimetría espacial para exponerlas. Si algo hay que decir de la final es que nadie esperaba que fuera así de contundente, sobre todo por los periodistas "patriotas" y los madridistas pesimistas que ponían a la Juve como el no va mas con Buffon en modo Balón d'Or. Después estábamos los madridistas que vemos todos los partidos del equipo y sabíamos que saliendo concentrados no hay rival que pueda con nosotros.

El partido en sí no tuvo mucha historia, la presión alta italiana que complicaba la salida del balón pero que la solventamos con el primer gol solucionaba todo. El empate de ellos ni se lo esperaban, fue un pequeño jarro de agua fría. Menos mal que la segunda parte fue una clase magistral del equipo por completo. No sabían por done les daba el aire. Así pues, con el paso del tiempo solo sirvió para ratificar una nueva Champions, La Duodécima, con un 1-4 contundente.

En Liga, por fin ganamos la 33º con la palabra clave "dosificación". Saber utilizar toda la plantilla para que estuviera enchufada durante todo el año fue mérito de Zidane. Además de saber aguantar la presión de tener que ganar miércoles y domingo ambas competiciones para hacer algo que no se repetía desde 1958. Broche de Oro con este doblete haciendo buen fútbol.

Road to Cardiff


Volvemos a una final de Champions League por segunda vez consecutiva, cosa que no hacía el real Madrid desde hace mas de 50 años. Tras Lisboa en 2014, fuimos a Milan en 2016 y ahora desembarcamos en Cardiff, dejamos países latinos para llegar a territorio anglófilo. Esta vez el camino to Cardiff no ha sido nada dulce, aquí voy con un pequeño repaso.

En la fase de grupos, el único rival con posibilidades de entorpecer la ruta hasta mañana era el Borussia Dortmund y tal fue la complicación que empatamos ambos enfrentamientos a dos goles, pero por un descuidado empate en Polonia, pasamos a la siguiente fase como segundos de grupo.

Con el hándicap de jugar la ida en casa, en el sorteo de octavos de final tocó en suerte el Nápoles. típico equipo italiano que no se sabe por donde puede salir, el potencial lo había perdido en la temporada anterior pero siempre supone un peligro. En la ida, un mal comienzo puesto que se tuco que remontar, menos mal que apareció Benzema para poner las cosas en su sitio y ganar por 3-1.

La vuelta no había mucho temor, pero al igual que en el Bernabéu los italianos se adelantaron en el marcador. ¡Ojo, cuidado!, hasta que salió a pasear la cabeza de Ramos para dar la vuelta al marcador con sendos testarazos a pase de Kroos. Con dicha dupla se solventó lo que podía haber sido un problema.

Pasemos a los cuartos de final, el Bayern de Múnich como rival con Ancelotti al frente, si no está Guardiola, estaba un viejo conocido. En la ida,  de nuevo, marcador en contra con gol de Vidal. Se pudo poner peor el asunto si el mismo Vidal no hubiera fallado un penalti (que no era por mano de Carvajal) antes del descanso. Después salió Asensio revolucionando el partido, con los goles de Cristiano Ronaldo.

La vuelta, como siempre ocurre con los teutones, también fue difícil. A pesar de llevar el encuentro encarrilado y jugando bien, los rivales se pusieron por delante. Bueno, todavía la clasificación no peligraba, además con el gol de Ronaldo. Hasta que llegó el colegiado y dio por bueno el segundo gol bávaro lo que implicaba la prórroga, también con la expulsión de Vidal que debía haberlo hecho casi al comienzo.

A la prórroga que nos vamos contra diez y todos cansados, pues fue mas llevadero el pase a semifinales. Si bien Ancelotti se pasó reclamando nosequé del colegiado cuando fue malo para ambos. Ya en semifinales nos tocaba el Atlético de Madrid.

Los colchoneros, por cuarto año consecutivo, ante el rival que siempre le ha ganado en Champions ya sea en eliminatorias como en finales. Este año tampoco iba a ser menos, el Cholo salió temeroso y el Madrid que cuando huele sangre no suelta la presa. Así pues, hattrick de Cristiano Ronaldo para certificar al fina, o eso parecía.


En la vuelta, todos intuíamos que los rojiblancos iban a apretar al inicio para intentar el milagro. Y tanto apretón que se puso 2-0 en veinte minutos y casi que todo se hundía, hasta que apareció Benzema e hizo una de sus jugadas geniales que aparecen de higos a brevas. Hay que tener en cuenta que la jugada provocó una ocasión de gol ya que fue Isco el que remachó dentro del área chica. Con 2-1, Cardif estaba a la vuelta de la esquina.

En la final nos espera la Juventus con sed de venganza desde hace 19 años, cuando el gol de Mijatovic traspasó la línea de gol para traer la tan ansiada Séptima Copa de Europa a las vitrinas del Santiago Bernabéu. Se podría decir que el favorito es el Real Madrid por aquello de ser el actual campeón de Europa, pero entre dos rivales tan parejos lo mejor es esperar al mismo partido. Solo espero que se repita el resultado, o se amplíe, del año 1998.