Sin supersticiones


Se consiguió la decimotercera Copa de Europa (o Champions League, como prefieran) para dejar la sala de trofeos con su simetría correspondiente. El rival fue el Liverpool y ya sabemos que cuando el Madrid se juega una competición, el contrario siempre parece mas fuerte para todos los que no son madridistas. Esta vez la estrella rutilante y próximo Ballon D'or era Salah.

En cuanto al partido, la intensidad inglesa era esperable y también es cierto que dispararon poco a puerta. El Real Madrid achicaba agua pero no daba para ahogarse. Hasta que llegó la lesión de Salah producida por él mismo en un lance con Sergio Ramos. A partir de aquí, la típica campaña contra un jugador del Real Madrid, para que voy a ir contando mas. Después se lesionó Carvajal, que no se olvide. Pero vayamos a los goles, el primero algo impropio de un jugador como Benzema, que es pelear un balón con el portero. A continuación, la chilena de Bale, el mejor gol que se ha contemplado jamás en una final europea. Y para terminar, el portero del Liverpool conmocionado, no por un golpe sino por la vergüenza del partido que se estaba tirando, se tragó un pepinazo de Bale desde fuera del área.

Así pues, con un contundente y trabajado 3-1 se consiguió, sin recurrir a las supersticiones, la ansiada 13º Copa de Europa. Sin dejar de reseñar que, si el año pasado se consiguió el hito de ganar dos consecutivas, este equipo continúa haciendo historia al lograr tres Copas de Europa seguidas (ó 4 en 5 años). Un equipo que rememora a la época de la segunda mitad de los 50 del siglo XX.

Como apunte final. En liga se dejaron ir durante muchos partidos incomprensiblemente para acabar 3º, y en la Copa del Rey una bochornosa derrota en el Bernabéu ante el Leganés nos echó fuera. En otro orden de cosas, la salida inesperada de Zidane, aunque lo anunció con tiempo suficiente a estas horas no hay sustituto*; y la salida de pata de banco habitual de Cristiano Ronaldo, verano si, verano también, con su falta de cariño (aka mejora de contrato).


*Media hora después de publicar esta entrada, el Real Madrid anunciaba que el entrenador era Lopetegui.

Road to Kiev


Volvemos a una final de Champions League por tercera vez consecutiva, cosa que no hacía el Real Madrid desde la década de los 50. Tras Lisboa en 2014, fuimos a Milán en 2016, continuamos con Cardiff en 2017 y llegamos ahora a la capital ucraniana Kiev en 2018. El trayecto hasta llegar a la exrepública soviética, como siempre suele pasar en Champions, no ha sido fácil. Aquí vamos con un repaso.

En la fase de grupos, repetíamos rival en la figura del Borussia Dortmund. Esta vez los teutones no opusieron tanta resistencia y se les ganó en ambos encuentros. El Tottenham Hostpur si fue un contrincante duro y buena muestra de ello fue el repaso que nos dio en Londres. El otro equipo que completaba el grupo era el APOEL de Nicosia (Chipre). Como viene siendo habitual, pasamos a la siguiente fase como segundos de grupo.

El hecho de ir como segundo es que se juega la ida en casa, y en el sorteo de octavos de final tocó el hueso que nadie quería, el París Saint Germain con su tridente caliente (Cavani-Mbappé-Neymar). En el Bernabéu los galos se pusieron por delante, pero antes del descanso se empató. A pesar de todo la remontada llegó en los últimos minutos para dejar la eliminatoria casi sentenciada. En la vuelta no hubo mucha historia, al inicio de la segunda parte un gol de Cristiano Ronaldo dejó todo finiquitado. Clasificación para cuartos encarrilada.

Llegamos a los cuartos de final ante otro campeón de liga, la Juventus, rival de la 12º con aires de venganza pero con el aliciente de que era a doble partido y ahí puede ocurrir cualquier cosa. En la ida, nada más empezar Cristiano Ronaldo que marca. Parecía que todo iba a ir de lujo pues nada mas lejos de la realidad. A pesar de ello, hasta bien avanzado el reloj no llegaron los dos goles para dejar el marcador en un tranquilizador 0-3 para la vuelta.

La vuelta, en un principio con un resultado tan claro no hay que temer nada. Pero este Madrid nos tiene acostumbrado a que no todo va tan fluido. Como en la ida, la Juventus marca apenas iniciar el partido. Bueno, son dos goles, tranquilos. Los italianos siguieron apretando, el Madrid se sacudió la presión y casi llegando al descanso, de nuevo un gol idéntico al primero. 0-2 en el intermedio, quien lo diría. Segunda parte, y al cuarto de hora, eliminatoria empatada! pero, ¿cómo era posible? O quedaba media hora o una hora (contando la prórroga). La Juve bajó el pistón, el Real Madrid en casa se negaba a continuar haciendo el ridículo. Hasta que en el último arreón, una jugada de balón a la olla vino el penalty (mas claro que polémico, aunque a algunos les pese). Gol de Cristiano y pase a semifinales.

En la penúltima fase de la competición, el rival no iba a ser otro que el Bayern de Múnich, el clásico de los clásicos europeos por excelencia. En la ida, los alemanes como eran de esperar era un ataque sí y otro también. En los primeros minutos se le lesionaron Robben y Boateng con lo cual el ritmo bajó un poco. Pero eso no quita que un error defensivo del Madrid, permitió al lateral derecho Kimmich marcar el 1-0. Justo antes del descanso en una jugada aislada, Marcelo enganchó un balón llovido de Carvajal para poner la pelota en la red germana. Descanso con 1-1 y fuera, no era del todo malo.

Para la segunda parte, el espíritu del Bayern había vuelto con Heynckes y seguían martilleando la portería blanca hasta que una contra montada entre Lucas Vázquez y Asensio propició el gol de éste último para dejar un aliviado 1-2 par ala vuelta.



Regresamos al Santiago Bernabéu, con la experiencia de la Juventus, la concentración iba a ser máxima. Y digo iba porque, de nuevo, Kimmich al empezar cogía un balón suelto dentro del área y ponía el 0-1. Bueno, el aguacero no duró mucho ya que Benzema cabeceó un centro de Marcelo y dejaba la eliminatoria en "pause". Tras el descanso, un fallo clamoroso del cancerbero alemán dejó a Benzema como bigoleador de la noche. Pero nunca hay que fiarse del Bayern, en otro balón suelto James marcaba, dejando a los muniqueses a un solo gol de pasar. Si, el Bayern de Múnich se hartó de disparar a puerta pero no la encontraban, gracias a Keylor Navas y a la defensa, mientras pasaban los minutos hasta que acabó el partido. Otra vez camino a una final de Champions League.

En la final nos espera el Liverpool, 17 títulos continentales entre ambos, que eliminó a la Roma en dos encuentros trepidantes llenos de goles (13 en total) y polémicas. Se repetirá la final de 1981 donde los ingleses ganaron con un solitario gol al Madrid de los García. En cambio, el Real Madrid está ante el reto de conseguir su 4º Copa de Europa en 5 años o la tercera de forma consecutiva. Quizás por esa razón el favorito sea el Real Madrid, pero en una final cualquier cosa puede pasar y si no que se lo cuenten al Milan cuando desperdició aquella ventaja de tres goles en 45 minutos.


Una docena de ... Champions


Pues si, una Docena de Champions en las vitrinas con la consiguiente asimetría espacial para exponerlas. Si algo hay que decir de la final es que nadie esperaba que fuera así de contundente, sobre todo por los periodistas "patriotas" y los madridistas pesimistas que ponían a la Juve como el no va mas con Buffon en modo Balón d'Or. Después estábamos los madridistas que vemos todos los partidos del equipo y sabíamos que saliendo concentrados no hay rival que pueda con nosotros.

El partido en sí no tuvo mucha historia, la presión alta italiana que complicaba la salida del balón pero que la solventamos con el primer gol solucionaba todo. El empate de ellos ni se lo esperaban, fue un pequeño jarro de agua fría. Menos mal que la segunda parte fue una clase magistral del equipo por completo. No sabían por done les daba el aire. Así pues, con el paso del tiempo solo sirvió para ratificar una nueva Champions, La Duodécima, con un 1-4 contundente.

En Liga, por fin ganamos la 33º con la palabra clave "dosificación". Saber utilizar toda la plantilla para que estuviera enchufada durante todo el año fue mérito de Zidane. Además de saber aguantar la presión de tener que ganar miércoles y domingo ambas competiciones para hacer algo que no se repetía desde 1958. Broche de Oro con este doblete haciendo buen fútbol.