Sábado 25 de mayo, tercera final casi consecutiva para el Bayern de Múnich en los últimos cuatro años, en todas ellas como favorito. En esta no podía ser menos cuando enfrente tenía a un rival de su misma liga que lo había dejado a 25 puntos, el Borussia Dortmund. La veteranía de unos contra la ilusión de otros, la capacidad goleadora contra el juego eléctrico, etc.
En cuanto a la final en sí, el Dortmund tuvo el partido en los primeros 20 minutos hasta que el Bayern se soltó todo el lastre de no querer perder el encuentro y empezó a jugar, dominando el centro del campo y no dejando jugar al Borussia. Pero como equipos alemanes que son, no hubo especulaciones y ambos iban al ataque, como muestra que los porteros de las dos escuadras eran las estrellas. A pesar de todo ello, al descanso se llegó con el empate y eso que Robben falló un par de ocasiones muy claras.
En la segunda mitad, la tónica fue el bajón físico del Borussia que permitió oleadas de ataques del Bayern, con Arjen Robben siguiendo en plan estelar aunque con la losa del gafe encima. Hasta que en una jugada, el extremo holandés llegó a línea de fondo, hace el pase de la muerte y el balón le llega rebotado a Mandzukic para remachar bajo palos. Pues la final casi que quedaba sentenciada, pero no contaban con la tontería de Dante dando una patada a la altura del estómago produciendo un penalty de la nada. Gundogan disparó desde los 11 metros y devolvió la igualada al marcador.
Cuando casi todo el mundo pensaba en prórroga, un pelotazo que no supo despejar la defensa del Borussia, permitió a Robben aparecer como una exhalación recogiendo la pelota, encaró a Weidenfeller y, con un toque suave, puso el balón en la red renana. El mazazo fue tan grande y la capacidad física no acompañaba que este gol mataba la Final y no dejaba lugar a dudas.
Si hubiera alguien que destacar sería a Robben, que ha conseguido quitarse la espina de no ganar finales tanto a nivel de clubes como de selecciones. Ha tenido varias jugadas de mano a mano que ha fallado de forma incomprensible, pero el éxtasis al materializar el gol bien vale el sufrimiento que ha padecido. A menor escala, los porteros Weidenfeller y Neuer que con sus paradas han impedido que hubiera más goles. Heynckes que se despide del Bayern de Múnich con una temporada espectacular y que vuelve a dejar (mejor dicho a ser despedido) un club después de haber ganado la Champions (la anterior con el Real Madrid, después de conseguir la tan ansiada Séptima).
Con todo esto ha finalizado por esta temporada, la Champions League. Para el año que viene, las noticias surgirán de los banquillos por saber quienes lo ocuparán, además de saber qué jugadores serán decisivos para sus clubes y conseguir las metas propuestas. Enhorabuena al Bayern por su quinta Copa de Europa.